🌱 ¿Cómo afrontar el final de curso con calma y conexión familiar?
- Mi Rincón Favorito
- 16 jun
- 3 Min. de lectura

El final de curso ya está aquí otro año más, y con él, una mezcla enorme de emociones: cansancio acumulado, ilusión por el verano, nervios de últimos exámenes o por los cambios que se acercan, incluso tristeza por las despedidas difíciles. No solo afecta a peques en casa, también a quienes acompañamos en su crecimiento diario.
Desde la Disciplina Positiva, te propongo algo: mira este momento no como un sprint final, sino como una oportunidad para cerrar el curso con cariño, calma y aprendizaje mutuo.
🧠 ¿Qué pasa en el cerebro infantil al final de curso?
Durante estas últimas semanas, el cerebro infantil está reorganizando mucha información emocional y cognitiva: despedidas, evaluaciones, rutinas que se rompen... todo esto activa zonas del cerebro como la amígdala (que detecta cambios y peligros) y hace que se muestren más sensibles, se note más el cansancio o incluso estén un poco más irritables. No es falta de ganas: es que están intentando comprender el mundo con las herramientas que tienen.
Recuerda: lo mejor que puedes hacer es no tomar de forma personal sus comportamientos.
✨ Reconocer el camino recorrido
Antes de correr hacia lo que viene, paremos por un momento y celebremos lo andado. Podemos preguntar, por ejemplo: “¿Qué fue lo más bonito que viviste este curso?” o “¿Qué aprendiste de ti este año?” Estas preguntas pueden abrir un espacio de conversación precioso en familia. También puedes compartir reflexiones propias para iniciar la conversación, y que esas preguntas puedan venir de vuelta: "Lo que aprendí como mamá de ti este curso..." o "A papá le costó un poco este año, pero mejoré mucho en..." Poner el foco en sus logros emocionales y en el esfuerzo realizado, más allá de las notas, les ayuda a construir una imagen positiva de sí mismos.
🌞 Transición hacia el verano con suavidad
El cerebro humano adora la rutina porque le da seguridad. Por eso, cuando termina el cole, puede haber cierta desregulación. Hablar del verano con antelación, decidir juntos qué actividades nuevas vais a hacer o qué rutinas pueden venirnos mejor, ayuda a que sientan pertenencia y que son tomados en cuenta tanto sus gustos como sus necesidades, y por lo tanto aumente su compromiso con estas nuevas rutinas. Sentirán que siguen teniendo un mapa o una guía, aunque el paisaje cambie.
💬 Validar las emociones
Alegría, nostalgia, frustración, orgullo… todo cabe en un final de curso. No hace falta resolverlo todo o evitar que se sientan de una forma concreta, solo estar disponibles para que puedan expresarse libremente, sin juicios. Acompañar con respeto significa conocer que no existen emociones buenas o malas sino agradables o desagradables y que todas ellas es importante sentirlas a través cuerpo. Puedes decir: “Es normal sentir cosas distintas cuando algo se termina. Y estoy aquí para acompañarte en todas.” Esa presencia emocional es el mejor regalo que podemos hacerles.
🌿 Una nota para ti, que acompañas
El final de curso también te atraviesa a ti, que sostienes sus emociones cada día. A veces llegamos agotadas, haciendo verdaderos malabares entre tareas, trabajo y la organización diaria. Respira de forma consciente un par de veces. Permítete un momento de calma. No hace falta hacerlo perfecto. Es más, es imposible llegar a todo la mayor parte del tiempo. Mostrar tu vulnerabilidad con serenidad también es una forma de educar y de ser ese espejo en el que se ven reflejadas. La Disciplina Positiva empieza por tratarnos con el mismo respeto que queremos ofrecer a quienes crecen junto a nosotras. Cuídate también a ti.
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